El ex empleado bancario convertido en magnate de la noche a la mañana se tiene que hacer cargo de la seguridad del financista.
La orden que le bajó el gobierno a Lázaro Báez fue terminante: “Hacete cargo de la custodia de Elaskar, porque si le pasa algo aunque se caiga en la bañera nos van a culpar a nosotros”.
El
“hacete cargo” significa lisa y llanamente pagar una custodia
permanente de hombres bien preparados (policías en acción en serio, nada
de adicionales de tipos que no tienen experiencia en episodios
violentos o de lucha contra el narcotráfico), en total una docena de
custodios repartidos las 24 horas del día en turnos de ocho horas cada
uno.
El
ex compinche de Leonardo Fariña pasa cada hora del día con cuatro
guardaespaldas pesados, bien preparados y armados hasta los dientes,
porque alguien de Colombia puso precio a su cabeza y ya no hay marcha
atrás en este asunto.
Una fuente del Ministerio de Seguridad le confesó a DiarioVeloz: “¿Cómo hacerle creer a la sociedad argentina que si matan a Federico Elaskar, en ese crimen no tiene nada que ver Lázaro Báez?”
La
cuestión es una comedia de enredos digno de un film de segunda
categoría de Hollywood, pero cierto en la vida real de esta sarta de
personajes a quienes el amor al dinero los está llevando a un callejón
sin salida. Aprovechando el furor mundial por el Papa Francisco, podemos
repetir una sentencia bíblica que dijo Jesús: “No se puede servir a dos patrones a la vez, o se sirve a Dios o a Mamón (las riquezas)”.
Estos chicos decidieron hacer cualquier cosa por un puñado de dólares, y ninguno la está pasando bien.
Ni Quentin Tarantino la hubiera escrito así.
Cuando
el contador Daniel Pérez Gadín (ex amigo de Enrique Nosiglia, dicen en
el radicalismo que el “Coty” ya no le atiende el teléfono) se hizo cargo
de la cueva conocida como “La Rosadita” desplazando a Elaskar, se
encontró que había un dinero tomado a un grupo de narcotraficantes
colombianos que estaba por ser lavado presuntamente en construcciones
inmobiliarias en Puerto Madero.
No se nos dijo el monto, pero suponemos cifras varias veces millonarias.
Pérez
Gadín dijo no estar notificado de la existencia de ese dinero, y
Federico Elaskar responde con el consabido “no sabe/no contesta”.
Los
colombianos vienen reclamando la devolución de esas inversiones, y ya
se sabe que los narcotraficantes no van a los Tribunales a pedir la
restitución del dinero. Tienen otros métodos para cobrarse las
“mexicaneadas”.
Primero
vinieron las intimaciones, y frente a las respuestas negativas (Pérez
Gadín dice que no es su problema) y Federico Elaskar no está fácil de
ubicar después del escándalo mediático y judicial, trascendió en ámbitos
de inteligencia y seguridad del gobierno nacional que algunos sicarios
estaban por llegar a Buenos Aires para hacerse cargo a su manera de
mostrar que con el dinero de ellos no se juega. Al momento de escribir
este informe no sabemos si ya han llegado.
De
ahí salió la orden -no fue sugerencia, se lo ordenaron- a Lázaro Báez
que se hiciera cargo pagando de su bolsillo un equipo de seguridad de
alta gama que protegiera la vida de Elaskar.
Ya
se sabe que los mercenarios de los narcos son poco sutiles a la hora de
tomarse venganza. Tienen que dejar en claro que los que se quedan con
su dinero no tienen más lugar en este mundo.
Así
están las cosas y el magnate debe hacer frente pagando de su bolsillo
la protección de la vida de un hombre al que no quiere para nada. ¿Cómo
explicar una acción violenta contra Elaskar por algo que en esa Lázaro
Báez es totalmente ajeno a los hechos?
Por
primera vez contamos una historia de esta gente en la cual Leonardo
Fariña no tiene nada que ver. Como cerraba sus trabajos Jorge Porcel: ¿no es fino?
POR
Jorge Boimvaser Periodista - Diario Veloz.com.ar
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