lunes, 19 de agosto de 2013

La muerte de Ángeles Rawson, bajo la lupa de un experto forense

Osvaldo Raffo, que realizó más de 20.000 autopsias, explica su punto de vista sobre el crimen de la adolescente.

No quería inmiscuirse en un caso que no le había tocado a él, pero cuando escuchó todo lo que se decía, sintió que tenía que hablar. Osvaldo Raffo, un experto médico legista, que en sus 50 años de carrera realizó más de 20.000 autopsias e investigó los crímenes más conocidos de la Argentina, explicó su punto de vista sobre el asesinato de Ángeles Rawson .
"En general, todos los casos comienzan por el lugar del hecho, siguen con la autopsia, luego con la detención del autor y al último con la motivación del asesino", dice Raffo en el programa " Hablando de Seguridad ", conducido por el Comisario Inspector (R) Hermes Acuña, en Radio Am 1580.
"Este caso [el de Ángeles Rawson], comenzó a la inversa. Aquí no pudo ubicarse con exactitud el lugar del hecho. La autopsia tiene puntos oscuros que deben discutirse, por eso las juntas médicas", explica el experto.
Y, a pesar de toda su experiencia, hubo algo en este caso que asegura que nunca había visto: el imputado, Jorge Mangeri, se autoincriminó en su declaración testimonial.

El síndrome de atentado sexual

"Me ha consultado la Policía Científica de la Bonaerense", dice Raffo, luego de aclarar que sus comentarios serán de tipo personal y que está hablando "desde la platea". "En estos casos, en que la sexualidad se está mezclando con el asesinato, es mucho más importante el examen externo que el interno. Yo vi en las fotos que se me mostraron la repetición de docenas de casos similares donde mujeres jóvenes habían sido violentadas sexualmente -o intentaron violarlas- y asesinadas", indica Raffo.
Según su experta opinión, el crimen de Ángeles presenta "indicadores médico legales vinculantes entre la muerte y el acto sexual".
"La topografía de las lesiones es lo importante. No puedo enumerarlas así nomás, porque nadie entiende. El juez quiere saber el mecanismo. El síndrome médico legal", explica el forense. Y añade: "¿Dónde están las lesiones? En el cráneo, la cara, los labios, el cuello, el tórax, la cara interna de los muslos. También en el dorso de la mano derecha, donde hay un hematoma que significa universalmente lesión de defensa de la víctima", enumera Raffo para afirmar que todo esto configura el síndrome del atentado sexual.

La mecánica de la muerte

Otra de las incógnitas aún no resueltas en la causa, y una de las principales razones por la que se pidió la exhumación del cuerpo de Ángeles, es la mecánica de la muerte. Lo que se intenta determinar, es si la joven falleció a raíz del ataque o si murió luego, en el camión de basura que la trasladó al Ceamse.
Para Raffo, Ángeles ya estaba muerta cuando fue arrojada a la basura. "He analizado docenas de crímenes iguales, que se corresponden a la estrategia de un violador. Lo primero que hace el sujeto es tratar de derribarla a golpes", explica el especialista en el programa de radio.
"Allí se encuentran estas lesiones: paragenitales, en la cara interna del muslo. Yo las he visto en las fotografías", asegura. Los pasos que siguen en estos ataques, según la experiencia de Raffo, son clásicos: la víctima grita, intentando pedir ayuda. El atacante le atrapa el cuello con una mano, y con la otra le tapa la boca. Ahí le comprime boca y nariz. Eso es lo que se define como una maniobra de sofocación.
"Hay impronta dentaria en las mucosas nasales", dice Raffo, según pudo ver en las fotografías. "Seguramente haya también heridas en las encías".
Para este especialista, un perito que intenta determinar si hubo sofocación, debe estar atento a varios elementos: la forma (tapando boca y nariz), la violencia -Raffo aclara que en el caso Ángeles ha sido mucha, dada la magnitud de los hematomas en ambos labios- y en tercer lugar, la duración de la maniobra. "De esta forma, la persona muere de tres a cinco minutos", indica Raffo.
"Yo sé que otros médicos legistas consideran que fue la máquina del Ceamse la que produjo la muerte; yo no estoy de acuerdo", dice.

La cosificación, un rasgo psicopático

Según, el experto forense, el cuerpo de Ángeles fue embalado antes de la aparición de la rigidez cadavérica, que se da entre tres a seis horas después de la muerte. Es decir, el asesino se tomó el trabajo de manipular el cuerpo para poder deshacerse de él sin tantas complicaciones.
"La bolsa estaba para ocultar la cabeza de la víctima. Además, tenía un hilo sisal fuertemente ajustado al cuello con dos vueltas. Lo tuvieron que cortar con una navaja. No dejó impronta ninguna. Entonces la niña ya era cadáver cuando se le ató el hilo", explica el forense. Pero entonces, ¿para qué estaba esta atadura?. "Para asegurar la muerte, aunque ya estaba muerta. Es toda una alevosía, es como pegarle 20 balazos más a un cadáver", dice.
Toda esta frialdad, sobre todo la cosificación del cuerpo -se lo arrojó a la basura, como un despojo- forman parte, dice Raffo, de una personalidad psicopática. "Yo pienso que a Ángeles la estaban acechando y esperando", añade.

¿Cómo se advierte si una lesión fue hecha en vida o post mortem?

Basta la simple inspección para darse cuenta cuando una persona ha sido lesionada en vida, dice Raffo. Su presión arterial está activa, por lo tanto, se va a infiltrar toda la zona. "Yo creo que las fracturas en brazo y pierna [que tiene el cuerpo de Ángeles] fueron dentro del camión, post mortem", asegura. Las lesiones vitales son las otras: los golpes en la cara, las marcas en el cuello, los hematomas en manos y pies.
Algunas anécdotas sobre Osvaldo Raffo, el médico forense más experimentado de Argentina
Vea la entrevista a Osvaldo Raffo, por Fernando Rodríguez, en el suplemento Conversaciones, publicado hoy en la edición impresa de LA NACION.

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