lunes, 2 de septiembre de 2013

Insólito argumento para defender los asados K en la ESMA: "Acá no se mató a nadie"

Fue la respuesta que recibió un grupo de organizaciones de derechos humanos que recorría el ex centro clandestino de detención y se cruzó con funcionarios y militantes de HIJOS que estaban reunidos en el predio.

En Twitter: @beletchenique - 02/09/13 - 11:45
- "Vos te quedaste en el horror, vos querés que acá dejemos 34 edificios vacíos", acusó un funcionario de la Nación cuando lo increparon por las actividades -un asado y el ensayo de una murga- que estaban realizando dirigentes de la Secretaría de Derechos Humanos y militantes de la agrupación HIJOS en una zona del predio de la ex ESMA.

- "¿Sabés cuántos edificios hay en Auschwitz?", preguntó un exdetenido desaparecido.

- "Allá hubo exterminio, pero acá no se mató a nadie", respondió el integrante de la secretaria de Derechos Humanos.

Lucía Abatista, integrante de la casa Mariani (donde vivió María Isabel "Chicha" Chorobik de Mariani, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo), reprodujo el diálogo en declaraciones a Clarín. Las palabras no llegaron a sus oídos a través de rumores o terceros. En primera persona, escuchó el cruce verbal entre un funcionario de la secretaria de Derechos Humanos y un sobreviviente de la última dictadura, quien pidió explicaciones por el asado que estaba llevándose a cabo en un predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), hoy convertida en el Espacio Memoria y Derechos Humanos.

El hecho ocurrió el sábado pero trascendió hoy a partir de un comunicado de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) que explica una escena polémica con la que se chocaron durante una visita guiada al mayor centro de detención, tortura y exterminio que existió en el país. "Durante el recorrido, al pasar frente al edificio hoy ocupado por la agrupación HIJOS, encontramos a éstos con algunos funcionarios de la secretaria de Derechos Humanos de la Nación preparando un asado al aire libre", señala el documento. La imagen, de acuerdo a lo que reproducen desde la Asociación, despertó "indignación" y "lágrimas" entre las treinta personas que participaban de la visita.

"Les planteamos que no tenían conciencia y que en ese lugar quemaban los cuerpos de los compañeros. Nos respondieron en forma burlona. Su actitud era despectiva y patotera", graficó Enrique Fukman, exdetenido desaparecido de la ex ESMA (Legajo 4687 de la Conadep).

El asado fue la gota que rebasó la paciencia de los asistentes al predio. Minutos antes, los integrantes de diferentes espacios sociales de Capital Federal y La Plata –desde ese destino viajaron diez personas para realizar el recorrido- habían visto como en uno de los espacios, donde antes funcionaba una capilla, un grupo de jóvenes, integrantes de una murga, hacía vibrar los tambores y redoblantes.

"En la ESMA no pueden existir murgas o hacerse asados. Tiene que ser un espacio de interpelación sobre lo sucedido en la dictadura", consideró Fukman. "Ni siquiera tuvieron reparo en pedir disculpas, ni siquiera pudieron entender que esto nos podía lastimar", agregó.

Antecedentes

No es la primera vez que en la ex ESMA se cambió la memoria por la fiesta. A fines del año pasado, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, fue denunciado por haber organizado un festejo, que habría incluido hamburguesas y choripanes a la parrilla. El hecho provocó el repudio de distintos organismos de DDHH, gremios estatales y políticos del arco opositor y despertó el pedido de renuncia del funcionario y su secretario, Martín Fresneda.
 

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