sábado, 6 de julio de 2013

Las Islas Caimán, el paraíso en la Tierra (y no solamente fiscal)

A una hora de Miami, es un paraíso subacuático, libre de impuestos, colorido y británico.


Descubiertas por Cristóbal Colón en 1503 y apenas identificables en los mapas, las islas Caimán son famosas por sus bancos y sus servicios financieros. Pero ese rótulo no hace justicia con este pequeño archipiélago caribeño.
Las islas Caimán también son un paraíso por su privilegiada naturaleza y la deslumbrante belleza de sus paisajes. Y si el viajero cree que llegará a un sitio atestado de edificios de entidades financieras, muy rápidamente se dará cuenta de que no es fácil identificar bancos en las islas –aunque haya 600 registrados–, ya que no tienen cartel, no atienden al público y, sobre todo, porque las construcciones no superan la altura de las palmeras. El edificio más alto apenas tiene cinco pisos.
Sin dudas, lo primero que llama la atención son las playas de arena blanca y finita y el color turquesa del mar. Islas Caimán es un territorio británico de ultramar, ubicado a 240 kilómetros de Cuba y a 290 de Jamaica. A una hora de vuelo de Miami, Gran Caimán –que en realidad es bastante chica, con 35 kilómetros de largo y 12 en la parte más ancha– es la mayor de este archipiélago, que está integrado además por las diminutas Caimán Brac y Pequeña Caimán.
En las tres islas, que tienen una superficie de 260 kilómetros cuadrados, viven 60 mil personas, de las cuales 50 mil son extranjeras. George Town –en el sudoeste de Gran Caimán– es la capital del archipiélago, un destino clásico del turismo de cruceros.
A su puerto llegan entre ocho y diez naves por día. El 70 por ciento de los visitantes baja de esos enormes barcos. Apenas ponen un pie en tierra, preguntan ansiosos por los comercios libres de impuestos y las playas que vieron en las postales.
En las calles de la ciudad se mezcla el típico colorido caribeño y la sobriedad británica. Hay lujosos autos que transitan por las avenidas –sobre la mano izquierda, herencia británica–, enormes yates anclados en las marinas y pintorescas casas bajas en colores pastel con jardines de arena alisada y multicolores canteros. No faltan las mansiones al estilo Miami.
En el centro de George Town, bordeando la costa, se suceden los restaurantes, tiendas de recuerdos y pequeños shoppings que venden joyas, relojes, electrónicos y perfumes importados. Todo libre de impuestos.
A minutos de la capital está Camana Bay Center, una exclusiva zona comercial donde se encuentra el único cine, locales de ropa de primeras marcas y una gran variedad de restaurantes con exquisitas cartas basadas en frutos de mar y pescados, como el mahi mahi o el pez espada. De noche, Camana Bay se enciende: música en vivo, tragos y cena bajo las estrellas.
Viaje al fondo del mar
Las mejores playas son Seven Miles (la más famosa y divertida), Heritage (solitaria y muy natural), Rum Point (tranquila y rodeada de pinos y palmeras) y Kaibo (con bares y jazz en vivo). Pero visitar las islas Caimán y no descubrir su mundo subacuático sería un error imperdonable. Es uno de los mejores lugares del mundo para buceo y snorkel.
Hay alrededor de cuarenta centros de buceo. De todos modos, en cualquier playa es posible sumergirse y nadar entre peces multicolores. También se puede contratar paseos en embarcaciones con piso transparente y excursiones en submarinos que muestran en primer plano la vida en el fondo del mar. Pulpos, corales, tortugas, tiburones y langostas a centímetros de la ventanilla.
La excursión náutica más divertida es la de Stingray City, un banco de arena mar adentro. En sus bahías, el agua llega hasta la cintura y se puede nadar con mantarrayas, que tras años de familiarizarse con los turistas reclaman que se les dé de comer pescado en la boca. El paseo incluye una parada en Starfish Point, donde centenares de estrellas tapizan el transparente fondo marino.
Aventura y naturaleza
En la isla Caimán Brac se puede bucear entre los restos de barcos hundidos. Una posibilidad es curiosear el barco estadounidense Kittiwake y otro tour más exigente propone a los buzos explorar el lanzador de misiles y los cañones de la fragata rusa Capitán Keith Tibbetts, sumergida en 1996. En esta isla tampoco hay que perderse las imponentes estalagmitas y estalagtitas de La Gran Cueva, la visita al faro de los acantilados y la reserva de aves Parrot. A media hora de vuelo de George Town, pequeña Caimán es un sitio ideal paradisfrutar de la naturaleza en estado puro.
Hay algunos lodges en medio de los manglares que ofrecen alojamiento, pintorescos restaurantes, snorkel, kayac y desafíos para los buzos experimentados. Inigualable será la experiencia en Turtle Farm, un parque marino en Gran Caimán donde funciona un centro de conservación de tortugas, el animal más querido en las islas. (Nota publicada en el suplemento Turismo del Diario PERFIL el sábado 29 de junio de 2013)

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