El Consejo Nacional Electoral de Venezuela dictaminó que no puede presentar la partida de nacimiento del presidente Nicolás Maduro Moros, sumando una nueva irregularidad a su condición presidencial. El pedido de la partida de nacimiento del presidente tiene que ver con una denuncia que asegura que el mandatario es colombiano y no venezolano. Entretanto, el dignatario sostuvo que la corrupción amenaza con tragarse la patria.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - El 25 de mayo
pasado, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela desestimó
demanda de nulidad de las elecciones del 14 de abril debido a que Nicolás Maduros Moros no
era venezolano de nacimiento. Por lo tanto no era válida su
participación electoral y nula su elección. El denunciante, el abogado Adolfo Márquez López,
argumenta que lo dicho por el CNE no prueba que Maduro nació en
Venezuela, sino que simplemente, restándole importancia a la denuncia,
no entra a conocer su fondo, y desestima la pretensión. Existen otras
cinco denuncias sobre el mismo tema.
Medios colombianos como El Tiempo de Bogotá y RCN Radio han
investigado el tema. La madre de Nicolás, María de Jesús Moros, así como
su hermana María Teresa de Jesús Maduro Moros,
nacieron en Cúcuta, Colombia, muy próxima a frontera venezolana. Su
padre, Nicolás, aunque sin precisar lugar de nacimiento, estudió en
colegio en Ocaña, estado de Santander, Colombia. El Tiempo interrogó a
viejos amigos de Nicolás en Cúcuta y recuerdan que jugaban con él al
fútbol y pasaron su adolescencia juntos en esa ciudad. Nicolás ha dicho
que creció en barrios de Caracas, pero sin precisar en cuáles pasó su
juventud.
La vida familiar de Nicolás Maduro Moros ha estado rodeada de mucho
secretismo. Nadie sabe dónde estudió y si siquiera obtuvo su
bachillerato. Como en otras ocasiones lo que ha dicho lo ha metido en
líos, esta vez ha escogido el silencio; “en boca cerrada no entran moscas”. Durante la campaña acusó a su opositor Henrique Capriles
de no ser patriota porque sus padres eran de ascendencia polaca y
judía, olvidándose que él era un caso hasta peor porque sus padres eran
colombianos y, al igual que Capriles, también tenía sangre judía.
Pero en Venezuela todo se resuelve de manera muy particular. De la
muerte del presidente, anunciado fallecido el 5 de marzo pero con muchas
dudas sobre la fecha correcta, aún se desconocen los detalles. Ahora
resulta que se acusa a su presidente de no haber nacido en Venezuela y
éste prefiere callar. Del muerto falta su certificado de defunción; del
vivo su certificado de nacimiento. Increíble.
Aparentemente, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela no
dispone de la partida de nacimiento de Maduro o por lo menos no ha sido
capaz de mostrarla. En un artículo de Nelson Ramírez Torres titulado "¡El CNE no tiene el acta de nacimiento de Maduro Moros!" se asegura que el mandatario estáen una situación altamente irregular:
"Aparte de decir que el señor Nicolás Maduro Moros no nació en
Venezuela, Adolfo Márquez alega en su impugnación que la elección del
14-A es nula porque hubo casos de personas, como el de José Gregorio
González Rodríguez, nacidas el mismo día, 4 de agosto de 1962, que
aparecen inscritas en el Registro Electoral treinta y una veces, con
igual cantidad de cédulas de identidad.
El CNE, en lugar de cumplir su deber de aclarar, se valió de
subterfugios al responder a la Sala Electoral del TSJ −igual que su
respuesta escabullida en relación con la partida de nacimiento de Maduro
Moros− que eso está planteado “de una forma genérica” porque Márquez
“no proporciona información suficiente que permita verificar que la
exposición de la presunta irregularidad señalada haya sido realizada de
una manera concreta y claramente razonada, tanto de la situación
fáctica, como los elementos jurídicos que la acompañan, así como la
inexorable relación de causalidad entre lo ocurrido (presunto vicio o
irregularidad) y el resultado electoral”.
Como Márquez pidió a la Sala Electoral ordenar al CNE
determinar si las cédulas son falsas o verdaderas, éste contestó, como
campeón de atrocidades, que no tiene competencia para ello. Decir que no
le corresponde determinar eso es otro ardid, porque el sencillo asunto
se refiere a si los números de las cédulas de identidad existen y si
corresponden a 31 personas de nombre José Gregorio González Rodríguez,
nacidas el 4-8-62. Decir que no puede hacer eso −y no tener el acta de
nacimiento de Maduro−, es igual que decir que es un organismo inepto,
parcializado y encubridor.
Si el CNE fuese serio, su respuesta debió ser: existen 31
personas con el mismo nombre, nacidas el mismo día, en lugares
diferentes (los hubiera indicado), con domicilios distintos (los hubiera
indicado), ejercieron su derecho a votar en las elecciones del 14-A, no
existe irregularidad con dichos ciudadanos; y hubiera remitido la
partida de nacimiento de Maduro Moros, ¡pero no la tiene!
O lo contrario, si el CNE fuese sincero, hubiese dicho que no
existe el acta de nacimiento y explicado que no existen esas 31
personas, aunque sí aparecen en el Registro Electoral permanente y en el
Saime (o no en el Saime); consta en nuestros registros que votaron, son
personas virtuales y las cédulas de identidad no son verídicas sino
falsas, y no sabemos a quién pertenecen las huellas y firmas que
aparecen en los cuadernos de votación.
La irresponsabilidad del organismo y su efugio son evidentes,
no sólo porque lo de la nacionalidad del presidente de la República es
un asunto constitucional de extrema gravedad institucional, sino también
porque si las cédulas de González son falsas o no, hay que
determinarlo, y el CNE no puede lavarse las manos porque es el rector
del Sistema Nacional de Registro Civil, del cual es órgano cooperador el
Ministerio del PP para las Relaciones Interiores y Justicia, a través
del órgano responsable del Sistema Nacional de Identificación (Saime),
por mandato del artículo 21 de la Ley Orgánica de Registro Civil.
Que el Ministerio Público (MP) y los tribunales penales actúen
para establecer si se cometió delito es otra cosa, pero es indispensable
que el CNE diga si las 31 cédulas de identidad son verdaderas o falsas
porque el demandante lo planteó en su recurso y la Sala Electoral ordenó
al CNE informar. Márquez, antes de presentar el recurso, denunció los
hechos ante el MP, el cual deberá determinar si las cédulas son forjadas
y solicitar los cuadernos de votación, las boletas y las actas de
escrutinio correspondientes. Todavía el CNE no ha respondido a la
fiscalía el oficio, enviado el 3-6-13, en que solicita información de
los 31 José Gregorio González Rodríguez, de sus domicilios y si votaron.
El CNE objetó que el demandante no sepa si los José Gregorio
González Rodríguez efectivamente votaron el 14 de abril, lo cual
evidencia −dice− el incumplimiento de la carga procesal del recurrente, y
hace que su demanda sea inadmisible porque no es un hecho consumado
sino “una presunción u ocurrencia incierta”. Esto es otro ardid del CNE,
toda vez que para los ciudadanos es imposible saber si alguien votó,
porque tal información no existe, el único que lo sabe es el CNE y ni lo
publica ni lo informa. Sus evasivas refuerzan la tesis del fraude
electoral, pues no quiere aclarar nada, absolutamente nada.
Si el deseo es no admitir los recursos de nulidad contra la
elección del 14-A y aceptar que un extranjero sea el jefe del Estado y
del Gobierno y que el CNE continúe bloqueando la verdad, ello será visto
como otro hachazo contra lo que queda de un país en el que la mayoría
quiere que se siga llamando Venezuela.
¿Por qué la Sala Constitucional del TSJ le arrebató a la Sala
Electoral el conocimiento de las impugnaciones de la elección del 14-A?
¿Ordenará al CNE y al Saime enviar el acta de nacimiento de Maduro
Moros? ¿Le oficiará a éste para que le remita esa acta? ¿Qué hará si él
ni el CNE remiten el acta? ¿Permitirá la máxima protectora de la
Constitución que Venezuela sea presidida por un extranjero? ¿Ordenará
determinar si existen los 31 José Gregorio González Rodríguez? ¿Es mucho
pedir que se respete la Constitución?"
Maduro y la corrupción
En ese marco de nuevas dudas sobre su legitimidad, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo hoy que la corrupción "se va a tragar a la patria" si no se le hace frente con una "poderosa lucha" y señaló que ningún socialista o "revolucionario" puede ser corrupto.
"Hay otros enemigos poderosos, uno de ellos es la corrupción.
Yo he dicho y le he pedido al pueblo (...) la corrupción se va a tragar a
la patria si no nos ponemos al frente de una poderosa lucha contra los
corruptos, contra los métodos de corrupción esté donde esté", dijo el presidente durante un desfile cívico militar en Caracas.
El Gobierno de Venezuela ha informado en los últimos días la
captura de varios funcionarios públicos presuntamente implicados en
casos de corrupción en el marco de una campaña que, según Maduro, hará
frente al problema a todo nivel.
Maduro ofreció hoy un discurso transmitido en cadena obligatoria de
radio y televisión en el marco de la celebración de los 192 años de la
batalla de Carabobo que selló la independencia de Venezuela, acto
dedicado al presidente fallecido el pasado marzo, Hugo Chávez.
El jefe de Estado pidió al pueblo luchar contra la corrupción donde sea que se encuentre, "en campos amigos" o en la "derecha fascista" donde, dijo, hay "un festín de pillos" que quieren vender las riquezas del país.
"¿Puede alguien pensar que la corrupción es revolucionaria?", se preguntó Maduro y aseguró que tampoco es socialista, cristiana o chavista. "Todo corrupto es antichavista, antisocialista, es capitalista así se ponga una boina roja", indicó.
Reiteró, asimismo, que quien quiera rendir homenaje a Chávez que, aseguró "murió pobre, no dejó herencia, no dejó nada cuando se fue de esta vida", debe luchar por un país de ciudadanos honestos.
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